GRACIAS ATRIBUIDAS A
SOR LEONOR DE SANTA MARÍA OCAMPO
Antes de 1990
“En asunto urgentísimo que
traía toda la comunidad angustiada, por tratarse de proyectos puestos ya en
poder de las Cámaras de Diputados y Senadores, en que se pedía la prolongación
de la callejuela Sta. Catalina y que si se sancionaba dividía al Monasterio en
dos partes demoliendo la iglesia y oficinas principales. El V. Padre Torres que
atendía algunas religiosas de este Monasterio, envió a decir a la M. R. M.
Priora que él ya había encomendado el asunto a Sor Leonor que lo hiciéramos
nosotras también. El proyecto fracasó
después que todo parecía favorable a su aprobación, y que todos los
diarios estaban repletos sus columnas de comentarios favorables unos, hostiles
otros, no se aprobó el asunto; según unos fue encarpetado y el principal y más
encarnizado sostenedor que con la pluma y la palabra sostenía el proyecto, fue
depuesto de su cargo, perdió su empleo y terminó en ese mismo o al otro año,
miserablemente su vida. El Señor haya tenido misericordia de él. Esperamos de
la misericordia del Señor no se cumpla lo que dijo este señor al ver su fracaso
“Bueno, no fue hoy pero será mañana; hasta luego”. ¿Fue la riojanita el
instrumento de la voluntad de Dios, fue ella la intercesora ante el Altísimo
sor Leonor la que interpuso su vida escondida, su oculta inmolación, su caridad
siempre a la sombra, la anónima autora
de este favor tan inesperado? Dios lo sabe. A ella siempre le agradó obrar en
la penumbra de lo desconocido, solo para el Señor y en el Señor. Parece que su
lema fue anonadamiento, sacrificio, silencio. Siempre desempeñó cargos no de
honor y renombre, pero sí de meritorio sacrificio, responsabilidad y abnegación,
como menor fue sacristana tres trienios- 1872-1878-1881, en 1875 fue ayudante
de la R. M. Procuradora, en 1881 fue nombrada enfermera menor hasta 1884, y en
1893 fue nombrada enfermera mayor; en 1884 le dan el oficio de portera o
tornera hasta 1886, en 1890 desempeñó el cargo de escucha o celadora de
locutorio, en 1896 le dieron el cargo de portera de abasto o celadora de la
puerta de abasto cargo que desempeñó hasta el año 1900 en que completó sus días,
no de honores ni aplausos de la tierra, sino del oro purísimo de la virtud que
se pesa y mide en la justiciera balanza del cielo, fue a recibir su corona
obtenida bajo el yugo suave del Señor entregando su espíritu en manos de su
adorable dueño el día 28 de diciembre de 1900.”
Sor Justina Luque o. p. (no detalla fecha).