Sor Leonor y su amor a la Eucaristía
Sor Leonor: en su época, la espiritualidad cristiana tenía una orientación marcadamente litúrgica, hacia el culto y devoción de la Eucaristía. Su padre le cuestionaba la asiduidad con que comulgaba, creyendo que era un abuso, ya que Isora lo hacía 5 días a la semana. En San Juan tuvo que ingeniárselas para comulgar a escondidas de él. Expresa: “Yo estuve muy triste porque mi salida ese día fue muy difícil...me costaba muchos sacrificios; pedía a Nuestro Señor que me diese cada día más hambre y deseo de recibirlo sacramentado... y mi sed no era de agua sino de comulgar, comulgué y se me quitó la sed”.
Enseñanza: Sor Leonor nos ayuda a redescubrir que Jesús es una persona real, cuya entrada en la historia de cada uno, es capaz de renovar la vida. La cultura secularizada actual, relegó la fe cristiana al margen de la existencia, como si fuera algo inútil respecto del desarrollo concreto de la vida de los hombres. Todo lo que hay de auténticamente humano encuentra en el Sacramento de la Eucaristía la forma adecuada para ser vivido en plenitud. Ella nos enseña a amar a Jesús, a acercarnos a comulgar bien preparados, a tener hambre y sed de recibir el verdadero pan del Cielo que nos alimenta mientras vamos peregrinando, en el destierro de esta vida, hacia la Casa del Padre. La transformación que nace de acoger a Jesús en nuestra vida, brota de la gratitud por haber experimentado la inmerecida cercanía del Señor. Toda verdadera piedad abarca la vida entera.