sábado, 25 de abril de 2015




NOVENA A SANTA CATALINA


Día tercero

Estén seguros, decía Santa Catalina, que si muero, la única causa de mi muerte es el amor a la Iglesia que me abraza y me consume.
“He ahí este cuerpo…toma mi vida” y el Señor la escuchó. Los cuatro meses que siguieron  esta ofrenda fueron un prolongado martirio. A pesar de ello, todos los días a San Pedro, la Iglesia del Papa y allí permanecía orando largas horas.

Este fue su anhelo supremo, morir por la Iglesia y dentro de la Iglesia. Los sufrimientos aumentaban cada día sin que se cansara de amar y sufrir. “Así, -decía- se consume mi vida por la dulce esposa…en medio de la dulzura de  mi alma”

El testamento que dejó a sus hijos fue:
“Hijos míos amadísimos, no quiero que duden un momento en dar su vida por el Papa y por la Santa Iglesia.” Y los bendijo a todos. Oró por la Iglesia y dijo: “Tú me llamas Señor, y yo voy a Ti. Voy a Ti, no por mis méritos sino gracias a la misericordia que imploro en virtud de tu Sangre”

OREMOS:
Padre Eterno, que concediste a Santa Catalina el don de vivir con intensidad su entrega a Cristo y a los hermanos, y hacer de su vida una ofrenda: te pedimos por su eficaz intercesión la gracia de ser testigos de tu Amor a través de una entrega auténtica. Por el mismo Cristo N. S.J.
Santa Catalina de Siena, Ruega por nosotros